La preparación para un torneo...
Botvinnik ha dicho que el primer paso que debemos dar para este menester, es realizar una compilación de toda la literatura ajedrecística que no podamos haber visto anteriormente, procediendo luego a un exámen minucioso de la misma.
Es necesario conocer y poseer toda la información sobre las partidas nuevas, prestando atención particular a las jugadas por nuestros próximos rivales en el torneo.
Asimismo, es necesario analizar las características del juego de nuestros contrarios. Este punto, nos resultará muy útil posteriormente, cuando procedamos a preparar la partida con alguno de ellos, pues sabremos cuáles son sus varias favoritas.
De cara al torneo, es suficiente con preparar tres o cuatro esquemas para jugar con blancas, y otros tantos para jugar con negras. Eso sí, todos ellos han de ser preparados en profundidad, con extremo cuidado.
No es muy bueno jugar solamente un sistema, o una apertura. Esta es una facilidad que le damos a nuestro adversario para que se prepare mejor.
El gran maestro soviético Yuri Averbakh dice que el análisis de nuestras partidas nos será sumamente útil, ya que, de esta forma, encontraremos la razón de nuestro éxito, o de nuestra derrota.
Este análisis, en combinación con el estudio de las aperturas, que realizamos con la ayuda de nuestro instructor será suficiente para afrontar el torneo.
El gran maestro soviético Simagin, recomienda a los jugadores que participen en competiciones de correspondencia. Este hábito era seguido por Paul Keres, que jugaba cientos de partidas al mismo tiempo.
El que fuera sub-campeón mundial en dos ocasiones, el jugador de origen soviético y gran maestro, Viktor Korchnoi, recomienda practicar siempre un juego de estilo clásico, evitando los movimientos no necesarios en la posición. Sólo podemos acudir a las complicaciones tácticas, cuando es preciso defenderse en una situación compleja y difícil.
Sin embargo, al ex-campeón mundial Mihail Tal le agrada jugar con muc has complicaciones tácticas, aunque sólo sea, según su parecer, por una cuestión de estética. Lo que debe quedar claro es que, hoy en día, y por encima de todas estas opiniones, el profundo conocimiento de la moderna teoría de las aperturas, resulta desde cualquier punto de vista, totalmente básico.
El sistema indicado por Mihail Botvinnik es, en la actualidad, la base de la preparación de los grandes jugadores. Esto es lo que conocemos como la preparación científica de Botvinnik.
La diferencia de un maestro con otro jugador es, únicamente, su trabajo, la calidad de su trabajo. Este punto depende del cómo y del cuánto, quedando muy bien reflejado en el último match Karpov-Kasparov, con el título mundial en juego.
Podemos decir que la preparación de Garri Kasparov era muy superior a la de Anatoli Karov.
No debemos quedarnos únicamente en el estudio y el análisis ajedrecístico. Hay que darse cuenta también de que la preparación física tiene una gran importancia. Debemos combinar, pues, ambos aspectos, el técnico y el físico. Todos los grandes maestros y los candidatos al campeonato mundial, practican algún deporte antes y durante el torneo o el match.
En el último Campeonato del Mundo, Garri kasparov practicaba el footing y el football, mientras que Anatoly Karpov fijó sus preferencias en el tenis.
Otros como Lajos Portisch, son consumados deportistas físicos habitualmente: practica mucho la natación. Gligoric se desenvuelve en varios deportes, dependiendo éstos de las inclemencias climáticas, que varían mucho del verano al invierno.
En el aspecto técnico, durante el último match por el Campeonato del Mundo, celebrado en Moscú en 1985, Garri Kasparov consiguió una mejor preparación. Si bien no tuvo en su repertorio tres o cuatro sistemas diferentes, tal y como recomienda Botvinnik, sí contaba con unos análisis muy buenos y minuciosos, que contaban, además, con la sorpresa de lo novedoso.
Es claro que su línea de la Siciliana Scheveningen tenía detrás un profundo análisis. Pero las sorpresas no se terminaron ahí, ya que tras impedir siempre el entrar en la Defensa Nimzoindia, preparó para el match con Karpov una línea muy poco habitual, dando un vuelco total a su repertorio de aperturas.
Kasparov cambió su idea de no aceptar la Nimzoindia, tratando de crear una posición Catalana e ignorando las intenciones de las negras. De la clásica Nimzoindia, se trasponía a esquemas catalanes o ingleses.
Esta idea ya la había practicado Alexander Alekhine en 1938 y, últimamente, el gran maestro soviético, Oleg Romanishin. La utilización por parte de Kasparov de este sistema, ha convertido una extravagancia en un gran problema teórico de gran interés.